El español Javier Castillejo, ex campeón del mundo en dos categorías, es categórico en el momento del adiós al afirmar: "Nací en el país equivocado para ser boxeador".
El púgil, conocido también con el sobrenombre de "Lince de Parla", está dolido por el trato recibido de las autoridades deportivas españolas y, ahora, justo cuando acaba de anunciar hace poco más de un mes su retirada de los cuadriláteros, "que no de los gimnasios", precisa, tras 21 años de carrera, habló claro para EFE.
"Es una pena lo que está sucediendo con este deporte en España, en otros tiempos un campeón de Europa era recibido por las más altas autoridades del país, ahora, por ejemplo, en mi caso, no me saluda ni mi vecino", comentó con cierta pena el ex campeón mundial de los superwelter y del peso mediano, quien aún piensa en una última velada, la de su homenaje.
"En este país no se tiene respeto por un campeón del mundo. He defendido la bandera española por todo el mundo y aquí no se me reconoce lo que he hecho", dijo Castillejo, con un deje de amargura. Castillejo defendió su deporte con pasión. "Es un deporte noble. En el Reino Unido se enseña hasta en los colegios. Es una actividad con una normas muy definidas y rígidas. Existe la idea de que es violento y yo lo niego rotundamente. Admito que es duro, pero violento, lo que se dice violento, es el fútbol, al que no me atrevo a llevar a mi hijo de ocho años", señaló.
Javier Castillejo aseguró que se lo debe todo al boxeo. "Incluso mi mujer me la dio este deporte. La conocí cuando entrenaba en El Espinar (Segovia). Eran los tiempos en los que Poli Díaz estaba en la cima y yo estaba empezando". El púgil nacido en Madrid y criado en el popular barrio de Vallecas se trasladó, junto a su familia, a Alemania, donde permaneció varios años. A la vuelta, se instalaron en la localidad madrileña de Parla, que fue la que le dio parte de su sobrenombre y donde vive en la actualidad.
Castillejo recuerda entre sus rivales especialmente a dos, al estadounidense Oscar de la Hoya, "el mejor rival que he tenido, era súper rápido, veloz, un auténtico superdotado para el boxeo", y al argentino Julio César Vázquez, "el más duro de los púgiles a los que me he enfrentado. Un zurdo muy rápido y muy fuerte". El ex campeón insistió en que este momento "es el peor" del boxeo en España. "Hace falta que una televisión apueste por este deporte. Hubo un tiempo en el que las veladas de boxeo eran uno de los espectáculos más seguidos, según lo demostraron los índices de audiencia", dijo.
Y lo contrapuso con lo que sucede en países como Francia, Alemania, "donde hice mis últimos combates con el título mundial en juego", el Reino Unido o Estados Unidos, "auténtica meca del boxeo". Negó, de forma tajante, que no exista afición. "Yo he metido a 15.000 personas en la plaza de toros la Cubierta de Leganés. Eso indica que hay gente a la que le gusta el boxeo", señaló.
Insistió en la importancia del nexo boxeo-televisión. "Crearía aún más afición. Habría más cantidad de practicantes, lo que daría púgiles con más calidad", aseguró Castillejo, quien tiene la intención de montar una escuela de boxeo en Parla (Madrid) para enseñar a los jóvenes la verdad de este deporte. "Ahora los gimnasios están llenos de chicos y chicas que practican boxeo, pero con la única intención de hacer un deporte, sin ánimo alguno de llegar al ring", comentó, y añadió: "Este deporte es limpio, no existe el dopaje. Es imposible".
El ex campeón, quien se retiró con un palmarés de 72 combates (62 triunfos, ocho derrotas y dos nulos), no ve en España, en un futuro inmediato, algún posible sucesor como monarca mundial, aunque si apuntó algunos nombres como probables próximos campeones de Europa: Gabriel Campillo (supermedio), Juan Carlos Díaz Melero "Chupete" (ligero), Oscar Sánchez (pluma) y el ruso Petia Petrov (superpluma). Y lo que tiene muy claro Castillejo es que no le gustan las películas de boxeo. "Hacen daño a este deporte", sentenció.
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