El conjunto de Ivanovic accede a la final de la ACB por segundo año consecutivo. Vitorianos y madrileños disputaron un partido muy parejo en la primera mitad que se rompió en el tercer cuarto. La presión defensiva de los locales y el acierto en el tiro exterior de Teletovic acabaron con las esperanzas visitantes.
El TAU Cerámica logró el billete para su segunda final consecutiva de la ACB en un partido que se decidió en el tercer cuarto, momento en el que los hombres de Ivanovic pusieron la sexta marcha y acabaron ahogando al Real Madrid, logrando una ventaja de nueve puntos que resultó insalvable para el conjunto blanco. Antes, los visitantes fueron capaces de reponerse a un inicio de partido rocambolesco en el que Bullock cometió dos faltas en tan sólo medio minuto y se le señaló una técnica a Plaza por sus airadas protestas. La presión en defensa ejercida por los locales y el tiro exterior de Teletovic acabaron con las esperanzas madridistas. Los vitorianos se enfrentarán al vencedor de la eliminatoria entre el Regal Barcelona y el Unicaja.
Llegaba el momento de la verdad para TAU y Real Madrid. En el Buesa Arena, madrileños y vitorianos se batían en duelo para conseguir el billete hacia la gran final de la ACB en el último y decisivo partido de la serie. El conjunto de Plaza llegó con un único objetivo, acabar con el espíritu imbatible del Buesa Arena, donde el TAU sumaba 24 victorias ligueras consecutivas. Se hacía complicado no recordar lo sucedido hace cuatro temporadas en el mismo escenario cuando Alberto Herreros conseguía decantar el torneo hacia el lado madridista con el último triple de su carrera. Los de Plaza llegaban cargados de moral tras el duro correctivo aplicado a los vitorianos el pasado jueves, pero los de Ivanovic, si por algo se caracterizan, es por la ambición, con la que intentarían borrar el estupor y la incredulidad que les abordó a la conclusión del encuentro de Vistalegre.
El buen estado de forma y el buen juego mostrado por el Real Madrid el jueves, sumado a la confianza y a la concentración necesaria para derrotar al campeón de la temporada regular y máximo anotador de los playoff era el principal argumento de los visitantes. La reaparición de la mejor versión de Rakocevic y Splitter era la gran esperanza del TAU para colarse en la final. Felipe Reyes jugaba su partido 400 el día del centenario de los enfrentamientos entre Real Madrid y TAU.
En tan sólo medio minuto de partido el encuentro se calentó al máximo, si es que no lo estaba desde el inicio. Dos faltas señaladas a Bullock provocaron las exageradas protestas de Plaza y la correspondiente falta técnica al entrenador visitante. El resultado del alocado inicio le vino de perlas al TAU, que logró un parcial de 7-0 en el primer minuto y medio de juego, que logró aliviar Raúl López con un oportunísimo triple. Ambos conjuntos comenzaron castigando a su rival en el corte de sus anotadores. Las figuras de Rakocevic y Llull, valiente y veloz, comenzaron a destacar sobre el parqué por encima del resto de sus compañeros. Los constantes cambios en defensa del equipo local y los rebotes ofensivos logrados por el Madrid fueron clave para lograr el empate justo sobre la bocina del primer tiempo muerto. Al inicio del segundo cuarto las posibilidades de ambos conjuntos estaban intactas, empate a 20 en el marcador y todo por decidir.
El TAU dejó muy desatendido el rebote defensivo y el Madrid lo aprovechó para hacer daño a su rival, como sucedió en el primer cuarto. Tanto TAU como Real Madrid se pusieron de acuerdo para protagonizar un carrusel de fallos en el tiro, con tapones y con balones que no tocaban aro. Síntoma claro de la ansiedad de la que eran presos ambos equipos, una ansiedad excesiva por comenzar a resolver el encuentro lo antes posible. Los de Plaza unieron a los fallos en el tiro de dos pérdidas de balones no forzadas y un pésimo bagage en el tiro exterior (1 de 5 a mitad del segundo cuarto). Tan sólo su actuación estelar en el rebote ofensivo le mantenía dentro del encuentro. Con el segundo cuarto casi finalizado se señaló el tercer tiempo muerto y la tónica era la misma que se vio anteriormente, seguía la máxima igualdad en el electrónico. Una falta antideportiva señalada a McDonald por sacar los codos colocó al equipo de Plaza por primera vez por delante en el marcador, a falta de 2 minutos para el descanso.
Ambos conjuntos siguieron las órdenes de sus técnicos y levantaron el pie del acelerador para dar paso a un juego mucho más templado, que dio como resultado el aumento del escaso tanteo logrado en el segundo cuarto, a cuyo término se llegó con dos puntos de ventaja para el Real Madrid, brutalmente superior en el rebote tanto ofensivo como defensivo (13/26). Igor Rakocevic con nueve puntos y Mumbrú con ocho se fueron a los vestuarios como máximos anotadores del encuentro. La pareja formada por Rakocevic y Splitter no llegaba a mostrarse tan espléndida como en el primer partido celebrado en el Bruesa Arena. Ninguno de los dos equipos se mostró fino en el tiro exterior, un 27% de acierto para los locales y un 25% para los visitantes.
TAU y Real Madrid entran en el partido
Las primeras jugadas tras el intermedio dejaron bien claro que ambos conjuntos habían sido aleccionados por sus entrenadores en los vestuarios y por fin conseguían meterse en el encuentro. Un triple de Hervelle en el primer lanzamiento fue contestado por otro inmediato de Rakocevic. La sucesión de errores en el tiro vista en el segundo cuarto pasó a un segundo plano y los hombres presentes en la cancha comenzaron a mejorar los guarismos de sus equipos. Un lanzamiento de tres de Teletovic devolvió la ventaja en el marcador al TAU, ventaja que pasaba de uno a otro equipo según avanzaba el partido, eso sí, sin que ninguno llegase a romper el partido definitivamente. El equipo vitoriano seguía pecando de inocente y dejaba al Madrid jugar a la contra a placer sin llegar a decidirse a cortar el ritmo de juego con faltas en el medio del campo.
Esto fue así hasta que Teletovic se fue entonando poco a poco y con su cuarto triple del partido (acabó con seis y con un total de 22 puntos, coronándose máximo anotador del partido) situó a su equipo cuatro arriba en el marcador, lo que sumado a una falta en ataque de Felipe Reyes obligó a Plaza a solicitar un tiempo muerto en el que se le vio bastante tenso, quizá consciente de que se comenzaba a escapar el partido. El TAU se comenzó a apoyar en su defensa para atacar adelantando sus líneas y ejerciendo una enorme presión sobre el ataque de su rival obligándole a cambiar los tiros. El TAU puso la sexta marcha y acabó el tercer cuarto con nueve puntos de ventaja en el marcador (64-55).
El conjunto de Joan Plaza estaba obligado a equiparar su juego defensivo al de su rival para no precipitarse hacia el KO. El conjunto madrileño no supo aprovechar bien sus jugadas de ataque y fue perdiendo el ritmo de juego con el transcurso de los minutos acabando con una carencia absoluta de todos sus hombres en la aportación ofensiva. Un parcial de 10-0 favorable a los locales situaban la diferencia en once puntos, ventaja casi imposible de remontar al campeón de la liga regular. Bullock, aquejado de una tendinitis en su rodilla derecha, se vio obligado a ver el último tramo del encuentro desde el banquillo. Rakocevic y Splitter levantaron cabeza y acabaron mostrando su mejor cara, anotando 20 y 18 puntos respectivamente.
Un error en el tiro exterior de San Emeterio y la magnifica actuación de Felipe Reyes bajo los aros dieron la posibilidad a Sergio Llull de acortar la diferencia a tan sólo seis puntos. Pero esto fue solo un espejismo. Teletovic apareció para clavar un nuevo triple que volvía a poner mucha tierra de por medio para los madridistas y que comenzaba a dejar claro el primer finalista de la ACB. El Real Madrid tuvo que desechar la opción de la defensa en zona para volver a la defensa hombre a hombre con la intención de que transcurriese el mínimo tiempo posible en los ataques del TAU. Los blancos, que perdieron a Felipe Reyes por faltas, iban a contrarreloj. A falta de cuatro minutos para la conclusión, el TAU se colocó con diez puntos de ventaja, diferencia que parecía, y que finalmente fue, insalvable para los visitantes. Los locales supieron manejar la ventaja a la perfección y jugarán la final de la ACB con el vencedor de la eliminatoria entre el Regal Barcelona y el Unicaja.
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