Irie pide volver al bañador de calzón

La arbitraria decisión de la Federación Internacional de Natación (FINA) sobre los bañadores mágicos ha abierto una gran polémica en las piscinas, y no hay día en que alguno de sus protagonistas opine al respecto.

Lo último viene de Tokio, donde el japonés Ryosuke Irie, plusmarquista mundial de 200 m espalda sin homologar y favorito para el Mundial de Roma (julio), ha soltado una andanada extravagante: propone a la FINA que prohíba los bañadores que no sean los tradicionales, el típico calzón corto que llevaban leyendas como Popov (años 90) o Biondi (años 80) y que sí están obligados a utilizar los saltadores de trampolín.

"Lo mejor sería que todos llevásemos este tipo de bañador, aunque me imagino que será difícil convencer a todo el mundo", dijo Irie, de 19 años. "Estoy cansado de tanta discusión. Es triste que sólo se hable de los bañadores. Mentalmente me está afectando. Nado peor y a veces ni tengo ganas de ir a la piscina".

Irie batió uno de los records mundiales que la FINA aún mantiene con un asterisco (pendiente de homologación), como ocurre con el del español Rafa Muñoz en 50 m mariposa. En su caso, Irie, rival de nuestro Aschwin Wildeboer, destrozó el de 200 m espalda, el pasado 10 de mayo, en Canberra: 1'52''86 por el 1'53''94 del campeón olímpico Ryan Lochte (USA), en Pekín'08.

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