Cabizbajos y humillados, los jugadores del Tau abandonaban Vistalegre en medio del estruendo de una afición blanca orgullosa de su equipo. Y es que el Real Madrid había destrozado al Tau, al que humilló sin paliativos mandando un mensaje clarísimo: este Madrid va a dar guerra.
Tras un partido sin historia, en el que el Madrid empezó a sacar ventaja a la carrera y lo remató en estático, en medio de una caraja terrible del Tau a la salida del tercer cuarto, los blancos viajan a Vitoria con la cabeza alta y la moral rozando el cielo: este equipo, que sobre todo tiene orgullo, va a ir con la batalla psicológica en franquía a un tercer partido en Vitoria que será a muerte.
Rakocevic, la viva imagen
Si queremos saber qué ocurrió en el Tau, analicemos el partido de Igor Rakocevic. Empezó terrible, fallando todos sus tiros, haciendo que el Tau se viera muy limitado, pues sólo anotaba desde el interior de la zona. Cuando Dusko lo sentó, harto de su apatía defensiva además de su desacierto, se le vio en la cara que no estaba muy por la labor de jugar.
Salió Vidal, se mató a defender a Bullock (que a veces anota simplemente porque es indefendible) y el Tau revivió. De la mano del capitán volvió la intensidad, y si bien el Madrid seguía llevando el ritmo, alto y vivo, como le convenía, las ventajas no se desmadraban por la pasión que le ponían los dos españoles del equipo: Sergi y San Emeterio.
Aun así, al descanso se llegó con la máxima renta (más 10, 44-34), y el comienzo de la segunda mitad sería la debacle: el Madrid anotaba como quería ante la apatía (y el hartazgo físico del equipo, destrozado a estas alturas de la temporada) del Tau, que ni la veía.
El Madrid circulaba la pelota como más le gustaba, Bullock se hacía con las riendas ante la 'looking defense' de Rako y en estático, donde teóricamente peor se desenvuelve, los de Joan Plaza destrozaban a su rival.
Un parcial de 25-10 en seis minutos finiquitaba el choque (69-44, minuto 26), y la ventaja blanca crecería hasta los 31 (90-59, a 5:20 del final), en medio de la fiesta madridista y el desastre baskonista, sólo contrarrestado por Vidal y por los triples de John Lucas. Muchos minutos antes, Ivanovic había dado todo por perdido sentando a sus titulares. El Madrid, por su parte, hacía jugar a sus dos chavales: Nikola Mirotc y Jorge Santana. Sintomático.
¿Cómo será el tercer partido?
En el global de la serie, el Madrid ha sido mejor. Ahora tiene el factor mental ganado sobre el Tau, que ha sufrido su tercera peor derrota de la temporada contra los blancos. Las dos anteriores fueron contra el Barcelona.
El equipo baskonista parece justísimo de fuerzas y de ganas, quizá agotado por ese Ivanovic al que muchos jugadores ya no aguantan. Se ha visto muchas veces en éstas, pero en su casa debe dar un giro brutal a lo visto hoy para ganar. Porque si no es así, el Real Madrid, ese equipo orgulloso que se niega a ser enterrado una y otra vez, será finalista de la ACB. Porque no están muertos. Ni mucho menos.
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