Lo avanzó Fernando Alonso cuando finalizó el pasado Gran Premio de Mónaco: "En Turquía tendremos novedades". Lo que no dijo es que Renault va a echar el resto y se presentará este fin de semana en Estambul con la mayor evolución prevista para toda la temporada en el R29. Se trata de un rediseño global de aerodinámica que debería situar el monoplaza del asturiano en disposición de luchar por el podio y romper esa barrera del quinto puesto que hasta ahora es la mejor posición de Fernando -y gracias a sus manos, claro- en 2009.
De esta forma el bólido francés será equipado con un nuevo alerón delantero, trasero y un suelo nuevo que permita culminar la instalación del doble difusor que estrenaron de forma urgente en China, en la tercera cita del año. En Enstone han trabajado a destajo en los tres últimos meses, tratando, como casi todos, de adaptarse al desaguisado que creó la FIA al aceptar como legales las soluciones del fondo del coche que tomaron Brawn, Toyota y Williams al diseñar sus monoplazas.
¿La última oportunidad?
Además de todo, según Pat Symonds, director de ingeniería de Renault, la suspensión también se retoca para armonizarla con esta revolución aerodinámica: "No serán grandes mejoras, ni cambios en la geometría, pero se centrarán fundamentalmente en la forma en la que ponemos a punto el coche en combinación con la aerodinámica, para que así puedan trabajar ambas áreas en armonía".
Si el rendimiento del coche no llega para alcanzar a los mejores en Turquía, no habrá mucho más que decir para el R29 en este Mundial, que ya ha doblado por el primer tercio del calendario. Hay que confiar en que el trabajo en el túnel del viento y las indicaciones de Fernando hayan sido certeras y asistamos a un punto de despegue.
Ferrari también mejora
Pero Renault no es el único que formará en Estambul con evoluciones. Ferrari, que estrenó hace sólo dos carreras (en España) su denominado F60 B, también tiene previsto instalar nuevos componentes en su máquina. Se dice que incluso podría denominarse el F60 C y que van a intentar el asalto definitivo a los Brawn.
A pesar de que parecen enfrascados en una lucha absorbente en los despachos para que la FIA no imponga sus demenciales condiciones en el reglamento de 2010, lejos de arrojar la toalla, en Ferrari han redoblado esfuerzos en cuanto a trabajo y gasto de dinero. Es admirable el compromiso con su propia historia y la resistencia a dar el título por adjudicado. Es posible que no puedan evitarlo, pero están exprimiendo hasta el último de sus recursos para hacer honor al escudo del Cavallino. Nuevas piezas aerodinámicas para el coche de Raikkonen y Massa, con las que esperan lograr su primera victoria del año.
Los que ya no están tan seguros del camino a tomar en este cruce son los responsables de McLaren-Mercedes. Su distancia hasta la cabeza es mayor que para Ferrari y, pese a que tienen un extenso plan de mejoras previsto, empiezan a dudar si abandonarlo y centrarse ya en el coche del próximo año o seguir desgastándose. Hamilton dio en Mónaco por perdido el Mundial en sus declaraciones.
BMW estrena doble difusor
El otro equipo que cuenta con innovaciones para este gran premio es BMW, el cuarto grande sobre el papel allá por enero. Desde hace dos grandes premios tienen el coche con peor rendimiento de la parrilla, por detrás incluso de Force India. Su capacidad de reacción ha sido casi nula desde Australia, una cita en la que hay que recordar que Kubica luchó hasta las últimas vueltas por la victoria.
Por fin estrenan el doble difusor y un coche más adaptado a la ausencia del KERS, con el que esperan al menos realizar un papel digno y poder entrar en la Q3 de la calificación. Suena casi ridículo, pero en ese decorado es en el que se mueve una temporada de F1 que puede calificarse de decepcionante en cuanto a espectáculo global se refiere.
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