Alfred Mann es un británico de 87 años que ha encontrado finalmente el origen de los dolores que le han martirizado durante los últimos 65 años: un trozo de metralla que se le quedó incrustado en la mandíbula durante la segunda guerra mundial.
Mann, que participó como enfermero en la contienda mundial, resultó herido por la explosión de una mina en Italia en 1944 y desde entonces ha sufrido problemas constantes en la boca, que le impedían morder y le obligaron a tener una dieta de comida blanda.
En declaraciones recogidas por la agencia británica de noticias PA, el veterano ha asegurado no haber sospechado nunca que tenía un pedazo de metralla de 1,3 centímetros incrustado en la mandíbula, que finalmente se desprendió solo el pasado 4 de mayo. "No me lo podía creer cuando salió", afirma Mann, que vive en Birmingham (Inglaterra) con su mujer Constance.
Aliviado tras ir de médico en médico
El veterano describió sus problemas de boca durante las últimos 65 años, principalmente el sangrado de encías y dolores que le impedían masticar con normalidad.
"Iba al médico, que me decía que era una úlcera y que me enviaba al dentista, que tampoco encontraba nada", explica Mann, quien dice sentirse como "un hombre nuevo: estoy tan aliviado". "Solo podía comer comidas blandas y ahora estoy comiendo de todo y disfrutándolo", añade.
El día que resultó herido por una mina en Monte Cassino, cuando trataba de ayudar y atender a soldados heridos, sufrió perdida de audición y heridas en la cara, los hombros y las piernas. "No recuerdo nada de lo que ocurrió. Me desperté dos días más tarde en un hospital de Nápoles", ha explicado Mann.
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cr.elperiódico