Forlán, carácter uruguayo

Es un rematador directo, arma su pierna con la misma velocidad que el pistolero desenfunda el revolver.

Forlán es un delantero superlativo, un cazador, un superviviente en la selva del gol que ha sabido moldearse para ya en su madurez alcanzar la plenitud. Es una persona que siempre se moja en la vida como en el área; la leyenda cuenta que el origen de su carrera futbolística estuvo marcada por el accidente de tráfico que dejó a su hermana en silla de ruedas, Diego prometió luchar y ganar dinero para ayudar a su familia y dejó su incipiente carrera en el tenis para iniciar su idilio con el gol.
Aquel drama moldeó su carácter, dibujó una sensibilidad muy especial hacia las causas sociales, se convirtió en embajador del Fondo de Naciones Unidas para la infancia y al conocer tan pronto el valor de la vida: el compromiso, la profesionalidad y el espíritu de grupo se convirtieron en sus mejores armas. Su carácter indómito le hace entender el fútbol como un desafío y es que el gol tiene mucho que ver con el instinto, con el espíritu de supervivencia. Pero a Forlán es tan sencillo verle con las botas de fútbol, perforando porterías como embelesado con la obra de García Márquez ó Saramago, es su refugio favorito, la lectura.
Luego en el césped, vuelve el desafío, aparece el náufrago, pero un náufrago que nunca se pierde por el campo, nunca se despista; esté donde esté, siempre sabe donde está la portería. Es un rematador directo, arma su pierna con la misma velocidad que el pistolero desenfunda el revolver, cae a las bandas porque sabe que esa movilidad le hace más peligroso, si cabe, no necesita tener muchas ocasiones para llegar al gol, lo puede hacer desde cualquier lugar, desde cualquier posición, porque Diego Forlán tiene la portería grabada a fuego en su cabeza. Por eso es uno de nuestros candidatos a ser el mejor jugador de la liga, por eso y por muchas cosas más.

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