Ciudad Real y Kiel se juegan el trono europeo

No sólo se trata de una final de Champions. Por lo sucedido en los últimos años y en vista del dominio de ambos en España y Alemania, esta final europea se ha convertido en una final por la supremacía mundial.

El Ciudad Real cuenta con un hándicap. Ya tiene la temporada salvada con la consecución de la Liga y la Supercopa de Europa. Pero este as en la manga es compartido: Kiel también ha hecho los deberes en su país. La igualdad existente entre ambos equipos se observa también en las estadísticas, ya que en finales europeas Ciudad Real y Kiel encadenan un cuatro de seis, han estado en casi todos los últimos desenlaces y su rivalidad empieza a recordar a la de Barça y Zagreb en los noventa.

"Hay que hacer un grandísimo partido. Sólo me vale ganar o un empate", asegura Dujshebaev. Sus jugadores saben de la entidad del rival: "Si salimos a ganar a lo mejor perdemos de dos y podremos estar contentos", advierte Jerome Fernández. El francés avisa que la clave no será sólo parar a Karabatic: "Jicha también es muy fuerte en los nueve metros". Otra de las claves será la paciencia, ya que enfrente estará Omeyer, que siempre hace buenos partidos. Sin duda será un día para poner a prueba a los lanzadores manchegos y su juego en estático.

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