Catapulta para Primera

Dos realidades bien diferentes se encuentran esta tarde en el Heliodoro. Uno, el Tenerife, busca seguir en su camino de cambiar la Segunda por la Primera División. El otro, el Deportivo Alavés, intenta no irse de su categoría porque, de hacerlo, significará que habrá descendido a Segunda División B. Los locales transitan en la parte feliz de la tabla, mientras que los visitantes están en la zona ingrata.

A pesar del tropiezo de la semana pasada, la plantilla de José Luis Oltra ha sacado lectura positiva. Pese a algunos desajustes defensivos, el equipo dio la cara en Alicante, murió con 'las botas puestas' y nunca se sintió superado por el Hércules. Las aspiraciones siguen intactas y lo mejor, con una jornada menos por jugarse se mantiene en la segunda plaza.

A lo largo de la semana se sumaron al grupo los jugadores lesionados. Ricardo y Óscar Pérez fueron los primeros en incorporarse y ayer lo hizo Manolo Martínez quien al final superó la contractura en su pierna derecha. Fue el día D y el de Bigastro se recuperó a tiempo. Así las cosas, el entrenador valenciano podrá contar con su equipo de gala para el choque de esta tarde, aunque durante la semana se volvió a escuchar el debate en la portería.

Enfrente llega un equipo en problemas. Las pintadas aparecidas durante la semana demuestran que la situación por Vitoria no es de las mejores. Javi López, técnico del grupo, sabe que cada vez queda menos para poder eludir el descenso a Segunda B, categoría que habían abandonado hace trece años. En el vestuario del Deportivo Alavés son conscientes de que la visita al Heliodoro es la contienda más peligrosa que le queda hasta el final. No vienen entregados, pero sabedores de lo difícil que será puntuar en la isla. Regresan a la que algún día fue su casa el meta Bernardo y el defensa argentino Javier Alejandro Almirón. Por el contrario, Raúl Sánchez se quedó en Vitoria.

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