El ciclista español ha destacado el "trabajo sensacional" de su equipo durante la carrera, especialmente en la subida a Sestrieres.
Carlos Sastre, vencedor del Tour 2008 y sexto clasificado en la general del Giro, ha asegurado al término de la décima etapa, la más larga de la presente edición, que sus sensaciones habían mejorado y ha destacado el trabajo de todo su equipo, que ha asumido en esta ocasión más riesgos de los habituales.
"Las sensaciones de este martes han sido mejores. El día de descanso me ha venido francamente bien. Era una jornada en la que había que arriesgar un poquito más de lo habitual, puesto que teníamos una bajada muy rápida y muy técnica en la parte final", ha destacado el ciclista español.
"Cogí la rueda de Di Luca, que creo que es el corredor más fuerte en estos momentos, y eso me ha permitido estar con los mejores delante y coger un tiempo muy importante de cara sobre todo a Ivan Basso, que creo que es un corredor importante a batir en este Giro de Italia", ha señalado el líder del Cérvelo.
Sastre explicó que la etapa entre Cuneo y Pinerolo había resultado dura y rápida. "No ha habido un minuto de descanso en todo el día y de hecho los primeros cien kilómetros hemos rodado a una media superior a los 50 kilómetros por hora", ha apuntado.
Según el vencedor del Tour de Francia, su equipo pasó a la batalla dentro de la carrera e hizo "un trabajo sensacional", especialmente en la subida a Sestrieres.
"Seis corredores del Cervélo nos pusimos delante y eso me permitió poder afrontar el último puerto puntuable del día en cabeza, con seguridad", concluyó Sastre.
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El Diario Montañes