"No es fácil. Yo no recibo un salario del equipo, pero hay masajistas, mecánicos y corredores que tienen familia y que esperan que el contrato que firmaron se respete", manifestó el ciclista, que agregó: "estos kazakos no responden al teléfono y hay poca transparencia. Es frustrante".
Armstrong, que se encuentra en Italia a la espera de que comience el Giro, el próximo sábado 9 de mayo, expresó su deseo de que la situación se solucione antes de que acabe este mes. El estadounidense manifestó que no cree que existan problemas por este motivo en la competición italiana pero no mostró esa certeza con respecto al próximo Tour de Francia.
"No puedo prever si los chicos dejarán el equipo o accederán a trabajar gratis. Creo que es posible encontrar a alguien que nos apoyo desde junio hasta finales de año", afirmó.
"¿Un nuevo patrocinador antes del Tour? Sería lo ideal pero invertir 7 millones de dólares o 20 no es una decisión que una empresa tome en un mes, y la crisis económica no ayuda. Podría establecerse una combinación de patrocinadores interesados en Livestrong (su Fundación contra el cáncer) y al mensaje que difunde", apuntó el ciclista
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