¿Quién tiene más fans en España, usted o Pedrosa?
Creo que antes tenía él muchos más que yo, pero últimamente esa situación está cambiando y se acerca más a la igualdad. Todo en MotoGP tiene mucha más repercusión.
¿Qué le sugiere la idea de ganar en Jerez?
Correr aquí es muy diferente, porque hay 100.000 espectadores empujando. Ganar en Jerez vale el doble y hacerlo en MotoGP sería un puntazo y más emocionante que ganar en 250, categoría en la que lo hice dos veces. Sé por eso lo que es ganar en Jerez, pero hacerlo en la categoría tope debe ser más bonito.
¿Cómo intuye que será el fin de semana?
Lo que está claro es que, quien gane, va a tener que sufrir e ir al límite. Ninguno de los cuatro o cinco que estén en condiciones de ganar se lo va a poner fácil al que se la lleve. Nosotros tendremos que esforzarnos en poner la moto a punto en el tiempo que tenemos para dar la mejor medida posible en la carrera.
¿Llegar líder de la general le cambia en algo la película?
No cambia nada porque es un liderato de sólo dos carreras, con quince más por delante y con una diferencia de puntos casi inexistente.
¿Cuál es el primer recuerdo que se le viene a la cabeza de este circuito?
Jerez entra en mi vida mucho antes de que debutara aquí en el Mundial, en el año 2002. Fue en 1999, para correr en una prueba de la Copa Aprilia 50, con diez años. Era la primera vez que me metía en un circuito de verdad, porque estaba acostumbrado a rodar en pistas de kart y cosas así. Se me quedaba muy grande y aluciné con la cantidad de gradas que había, el ancho de la pista y la hierba que rodeaba todo. Creo que acabé séptimo.
¿Y qué recuerda de su debut mundialista, precisamente aquí?
Que generó mucha atención por ser el piloto más joven en debutar. Por la edad me dejaron sin rodar el viernes, así que el sábado, que era el día en el que cumplía los quince años, tenía sólo dos tandas para rodar y el objetivo de clasificarme para la carrera. Lo hice y pude terminar la carrera. El público rugía, pero yo era un desconocido para la gente y sus gritos no eran para mí.
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AS
