El pasado 20 de marzo, Roger Federer dijo que renunciaba al Masters 1.000 de Montecarlo, donde defiende 700 puntos por alcanzar la final en 2008. Pero ya hace algún tiempo que Federer ofrece cambios de ritmo con sus raquetas, humor y determinaciones. Como sorpresas controladas.
Y, antes del sorteo del cuadro final de Mónaco, la semana pasada, Zeljko Franulovic, director del torneo, anunció la entrada del suizo en el cuadro con una de las invitaciones: wild card.
Pero las sorpresas no habían acabado todavía: en la tarde del sábado, Roger Federer colgó en su página web este comunicado: "Hoy, temprano, en mi ciudad natal de Basilea, rodeado, por un pequeño grupo de amigos cercanos y familiares, Mirka y yo nos hemos casado. Fue un bello día de primavera y una ocasión increíblemente alegre. El señor y la señora Federer os desean un feliz Fin de Semana de Pascua. Amor, Roger".
Así, Mirka Vavrinec, la tenista eslovaca a la que Roger Federer conoció en 2000, en la Villa Olímpica de los Juegos de Sydney, se convertía en Mrs. Federer, Madame Federer o Frau Federer, depende de si se escribe en inglés, francés o alemán, los tres idiomas que domina Roger.
En su famosa agenda Blackberry, Mirka controla todos los asuntos de Roger, incluidos contactos, alojamientos, y transportes en los torneos en que participa. No concede entrevistas. La pareja espera un hijo para comienzos del verano.
Rolex Federer va a Montecarlo recién casado, sin entrenador formal, y sin un solo título conseguido en este 2009.
Lo de Rolex no es hablar por hablar: esa marca de relojes patrocina tanto a Federer como al Masters de Montecarlo.
¿Puede apostarse a que Rolex y el fijo de salida tuvieron algo que ver en la rectificación de la renuncia inicial de Federer al torneo?
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