Empate. Hilando fino, el Numancia gana el 'goal average' por aquel trepidante 3-4 de la primera vuelta en Montjuïc. Y tal como está el patio, quién sabe si acabará siendo importante. Hilando grueso, el empate no saca de pobres a numantinos ni a pericos, cuya afición volvió a ser lo mejor de su tarde. Punto, puntito. Siguen siendo el último y el penúltimo y cada vez queda menos.
El Espanyol pudo ganar en la primera parte y al final; el Numancia, entre una cosa y otra. Juan Pablo empezó su recital deteniendo un remate de Iván Alonso. Juan Carlos Moreno sacó bajo palos un balón que desvió Tamudo a tiro de Sergio Sánchez y a los 39 llegó la jugada del partido. Marcó Sergio, pero el auxiliar había levantado su banderín antes del disparo. ¿Por falta de Moisés en la acción previa, la que llevó la bola hasta Sergio? Como pitó indirecto no fue por eso. Ni lo pareció. ¿Por 'orsay' de Alonso? Lo estaba. Posicionalmente, digo. Porque de distraer al portero, nada: estaba a su izquierda y él se fue a por el tiro de Sergio, a su derecha. Se anuló y pareció gol legal. Los pericos lo lamentaron al final. Más tarde, Callejón y Tamudo rondaron el gol, pero sólo eso.
Goiria ante Kameni perdió un mano a mano que se cantó como gol y Aranda también lo tuvo cerca, todo eso en la primera mitad que fue blanquiazul. No así tras el descanso porque el Numancia equilibró. Se le iba y reaccionó, al tiempo que el Espanyol perdió verticalidad y peligro. Al partido se le puso una cara de 0-0 que dio miedo verla. Porque no le valía a ninguno de los dos, sobre todo por eso. Moreno tiró abajo, cerca del palo. Empezó el carrusel de cambios. Tamudo pidió un penalti de Ortega que no le concedieron porque lo que se dice clamoroso no fue.
Juan Pablo.
Mejuto dejó su muesca al borde del área españolista: Sergio manoteó a Brit, que acabó en el suelo... y tarjeteado. La recta final del partido volvió a ser visitante. Casi en el último suspiro, y en un lío en el área, Jarque tiró abajo. Le faltó fuerza para sorprender al meta numantino, que cazó la pelota cuando el millar de pericos cantaba el gol. Alonso lo probó antes y después por dos veces. Juan Pablo había echado el cierre, era lo mejor del Numancia mano a mano con sus centrales.
Arriba fue otra cosa. Peleó el equipo de Pacheta, pero no tuvo un dominio continuado del juego que le hubiera permitido gozar de ocasiones. Barkero puso un par de balonazos en saques de falta bien resueltos por Kameni y sus guardaespaldas.
El partido murió en el área local sin que el marcador se moviera. Punto. Puntito. Si se lo hubieran propuesto habrían jugado una prórroga. Para ganar. El 0-0 no les supone gran cosa.
- Spoiler:
as
