Es poco probable que Cléber Santana viera jugar a Hugo Sánchez, tampoco es muy probable que haya visto algún vídeo de los mejores goles del mexicano, pero una genialidad del brasileño en una espectacular chilena como las que tantas veces hizo Hugo en nuestra Liga, rescató un partido feo del tedio y ayudó a que el Mallorca tome oxígeno. Bien pudo ser un homenaje a Hugo Sánchez, pero en realidad fue el mejor homenaje para los 300 partidos de Gregorio Manzano en Primera División. Su chilena por toda la escuada tras un rechace a córner bermellón valió por todo el partido y justificó una tarde de domingo de resurrección en Son Moix. En realidad, si el club bermellón quería contar con el apoyo de su parroquia para ganar una de las tres victorias que se había marcado como objetivo antes de la jornada 35, no escogió el mejor camino porque invitó al personal a quedarse un domingo de Semana Santa en su casa. Y es que el Mallorca permitió que el partido se ofreciera en abierto sin importarle que ha vuelto a incumplir el contrato con Audiovisual Sport.
La genialidad del antiguamente llamado Santana, más conocido en Mallorca como Cléber para los amigos fue lo mejor (¿quizá lo único?) de una tarde con exceso de viento y falta de fútbol. Se esperaba ver en la cita a jugadores como Negredo, Jurado, Arango o Piatti, pero el que apareció al rescate del fútbol fue Cléber Santana. Y también rescató al Mallorca, para desgracia del Almería, que sin incomodar a Lux sí se defendía con solvencia. Pero sus soluciones a la contra no funcionaron en ningún momento, Crusat no hincó el diente en el flanco de Scaloni, y Bruno, ayer volante derecho, no fue el mejor asistente ni para Piatti ni Negredo. Juanito se esforzaba por tapar huecos por todo el medio, pero luego el equipo almeriense no armaba fútbol.
En un pasillo central plagado de piernas, unos y otros se esforzaban por quitarse el balón para dárselo al contrario. El Mallorca andaba atascado en la primera parte, ni abría los costados ni encontraba en el centro a Jurado. Hay dependencia del de Sanlúcar. Si Jurado arranca y desborda, el Mallorca encuentra soluciones, pero ayer no encontró espacios ni se vio tampoco con Arango, aturdido en el primer tiempo tras una dura entrada de Bruno. Las bandas eran el camino, pero Ayoze subió ocasionalmente, lo mismo que Scaloni y Varela, no fuera a ser que Crusat encontrara un filón.
Así que con sólo tiros lejanos de las botas de Scaloni y Arango, bien resueltos por Esteban, y sin que el Almería encontrara tampoco ningún camino, se llegó a una segunda parte que acabó con los bostezos con la genialidad de Cléber Santana. Si el Almería no había encontrado el camino del gol a la contra, ahora el marcador le exigía un esfuerzo mayor con un ataque organizado.
Hugo Sánchez había dado entrada a Corona en lugar de Bruno, pero ahora el gol le exigía otro movimiento, así que introdujo a Kalu Uche en lugar de un inédito Iriney y retrasó a Piatti, pero nada mejoró. El Mallorca, además, se encuentra muy cómodo dando espacios y saliendo a la contra, así que para el Almería sólo quedaba alguna falta. Y ahí apareció Negredo, ¿pero estaba? Sí estaba. Y a punto estuvo de amargarle la tarde a la hinchada local. Su obús de falta fue bien resuelto por un Lux que ayer era observado con lupa (es su segunda victoria en 20 partidos con el Mallorca) y que respondió al reto como necesitaba el equipo de Manzano en un momento tan importante. Otra réplica se vio en una falta similar de Mané (alto por poco). Y ahí se acabó el Almería.
El Mallorca siguió buscando contras, en medio de una histeria colectiva que no se sabe muy bien quién empezó, si los jugadores o Clos Gómez (mal partido el suyo), pero que pudo acabar muy mal, sobre todo para los locales. Un chutazo de Jurado a falta de diez minutos y , la roja de Pellerano por blocar el balón con la mano en jugada de gol y el tanto de Castro llorando fueron el remate de un partido que dejó una acción para el recuerdo, el gol de Cléber Santana. El Mallorca ganó con el estilo Hugo.
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