Las últimas carreras de Fernando Alonso en Renault están siendo un continuo despropósito de mala fortuna, decisiones con demasiado riesgo y estrategias poco afortunadas.
El podio, posible en Mónaco, Canadá y Francia, se le ha escapado de las manos por unas cosas u otras, demostrando que el Renault ha mejorado, el motor es bueno (Red Bull marcha cuarta en constructores detrás de los tres grandes con ese mismo propulsor) y la evolución del coche es considerable.
Sin embargo los resultados no llegan y el español pilota con muchas dudas sobre el presente y futuro del coche. Ya no sabe si quiera si da igual qué estrategia coja en calificación ya que siempre termina octavo, con errores de pilotaje o sin ellos, de estrategia o sin ellos, calificando delante o detrás.
fuente:marca