Al Atleti sólo le faltan 90 minutos para rematar el trabajo de un año. Hora y media de no hacer tonterías, evitar confianzas y volver a demostrar, como en el 2-3 de Atenas, que los de Abel son muy superiores al Panathinaikos que, además, viajó sin su mejor futbolista (Karagounis) y con espíritu de perdedor. La Champions viene hoy de visita y en manos del Atleti está seducirla para que se quede a dormir.
Lógicamente, para lograrlo vestirá sus mejores galas. Repetirá el once de Atenas con esa delantera Kun-Forlán que tiene a todos los grandes equipos del mundo y a Ten Cate locos. A los primeros de amor, al técnico de desesperación. No satisfecho con el fracaso estrepitoso en la ida de su defensa de cinco, con Gilberto Silva de líbero, hoy repetirá experimento. Como este hombre convivió con la sensatez de Rijkaard, es un misterio. Mejoran algo los mimbres con la entrada de Sarriegi, Gabriel y Darlas, pero aunque cambies el vino de tetra-brick por un crianza pasable, el calimocho sigue sin ser un cocktail de lujo.
Y por si el lío de la defensa no fuera bastante, Ten Cate parece dispuesto a dejar de nuevo en el banquillo a Leto, que marcó un gol contra el Atleti y dos más en el debut liguero, para jugar con un único punta. Alguien debería decirle al holandés que perdieron en la ida, porque anda despistado.
La zaga.
Pese a todo, el Panathinaikos tendrá peligro con Salpingidis y Cissé examinando otra vez el nuevo sistema de Abel, con las líneas muy juntas y la defensa adelantadísima. Sería bueno que la afición no se pusiera nerviosa cada vez que el balón busque la espalda de los centrales y deje mano a mano a Asenjo. Pasará, pero por cada ocasión rival que se permite, se propician tres ataques favorables para Kun, Forlán y compañía. Compensa claramente. Además, está empíricamente demostrado que todo lo que sea tener a los defensas del Atleti lejos de su portería es positivo.
De inicio, el Calderón será una fiesta, reencontrándose con los ídolos que temió perder y aquí siguen, ¡y cómo! Con ellos, la Champions es el hábitat natural del Atleti y está a sólo 90 minutos de seriedad.
El Calderón vivirá un buen ambiente, pero sin lleno
La decisión del Atlético de que el partido de esta noche sea de pago para todo el mundo provocará que el Calderón no presente el ambiente de los grandes días. Ayer se habían vendido unas 30.000 entradas y el club consideraba que lo más probable es que hoy se llegue hasta las 40.000. Existía cierta preocupación en la entidad porque muchos aficionados vayan a comprar sus localidades justo antes del partido y se colapsen las taquillas. El precio de las entradas es de 20 euros para los abonados y de entre 40 y 90 euros para el resto; unos precios que, unidos a que el partido se celebra un día de diario de pleno agosto y la eliminatoria llega muy encarrilada de Atenas, han frenado las ventas. Tampoco los seguidores del Panathinaikos calentarán mucho el ambiente, ya que apenas viajan 200.
- Spoiler:
as
